Las cataratas representan una de las principales causas de disminución visual a nivel mundial, siendo la primera causa de ceguera tratable en el mundo.
Aunque predominantemente asociadas con el proceso natural de envejecimiento, las cataratas no discriminan, pudiendo afectar a individuos de diversas edades bajo ciertas condiciones predisponentes.
Sobre las cataratas
Las cataratas son una alteración ocular caracterizada por la opacidad del cristalino, la lente natural del ojo responsable de enfocar la luz sobre la retina para generar imágenes claras y nítidas.
Esta condición se manifiesta cuando las proteínas del cristalino, que normalmente se encuentran distribuidas de manera uniforme para mantener su transparencia, comienzan a aglomerarse, provocando áreas de opacidad que impiden el paso correcto de la luz.
Como resultado, la visión se torna borrosa y se alteran los colores, comparable a mirar a través de un vidrio esmerilado o una ventana empañada, lo que dificulta la realización de actividades cotidianas como la lectura, la conducción nocturna y la percepción de detalles finos.
Edad y desarrollo
La incidencia de las cataratas está intrínsecamente ligada al proceso de envejecimiento, con la mayoría de los casos desarrollándose como parte de las alteraciones fisiológicas asociadas al avance de la edad.
La edad promedio en la que las personas comienzan a experimentar signos de cataratas se sitúa generalmente alrededor de los 60 años, aunque la opacificación del cristalino puede iniciarse décadas antes, sin manifestar síntomas visibles hasta que la opacificación aumenta lo suficiente para afectar significativamente la calidad de la visión.
El envejecimiento natural del ojo genera cambios bioquímicos dentro del cristalino, que conducen a la desnaturalización y aglomeración de las proteínas cristalinas, resultando en la pérdida de transparencia.
Factores contribuyentes
El desarrollo de cataratas puede verse influenciado y acelerado por una variedad de factores contribuyentes.
Estos factores de riesgo adicionales juegan un papel a la hora de determinar la velocidad de progresión y la edad de aparición de las cataratas en individuos afectados.
Exposición prolongada a la luz UV
La radiación ultravioleta (UV) del sol es un factor ambiental conocido por contribuir al desarrollo de cataratas.
La exposición prolongada y sin protección a la luz UV puede causar daño oxidativo en las proteínas del cristalino, acelerando el proceso de opacificación.
Diabetes y otras condiciones médicas
La diabetes es una condición sistémica que afecta significativamente la salud ocular y se asocia con un mayor riesgo de desarrollar cataratas a una edad más temprana.
Los altos niveles de glucosa en sangre pueden alterar el metabolismo del cristalino, promoviendo cambios que favorecen la opacificación.
Otras condiciones médicas, como la hipertensión y la obesidad, también pueden incrementar el riesgo de cataratas, posiblemente debido a su impacto en la circulación sanguínea y el estrés oxidativo en el ojo.
Uso Prolongado de Corticosteroides
El tratamiento prolongado con corticosteroides ha sido vinculado con un aumento en el riesgo de desarrollar cataratas subcapsulares posteriores.
Estos medicamentos pueden alterar el equilibrio de las proteínas y lípidos en el cristalino, contribuyendo a la opacidad.
La monitorización cuidadosa por parte de profesionales de la salud es esencial para pacientes que requieren terapia prolongada con corticosteroides.
Historial Familiar
Los individuos con un historial familiar de cataratas prematuras presentan una mayor probabilidad de desarrollar esta condición en edades más tempranas a la esperada.
La herencia de ciertas variantes genéticas puede influir en la susceptibilidad del cristalino al daño oxidativo y a otros factores de estrés, acelerando la formación de cataratas.
Sobre la cirugía de cataratas
La cirugía de cataratas se ha consolidado como el tratamiento más efectivo y definitivo para restaurar la visión afectada por esta condición.
El procedimiento implica la extracción del cristalino opaco y su reemplazo por una lente intraocular artificial (LIO), devolviéndole transparencia a los medios del ojo y recuperando la visión.
Esta intervención se realiza generalmente bajo anestesia local, en un proceso que puede durar aproximadamente 30 minutos, y se caracteriza por su alta tasa de éxito y rápida recuperación.
Con el desarrollo de la tecnología de lentes intraoculares, los pacientes ahora tienen varias opciones según sus necesidades visuales específicas, pudiendo usar lentes monofocales, multifocales, de rango extendido, esféricas y/o tóricas.
Prevención y cuidado ocular
La prevención y el cuidado ocular son fundamentales para minimizar el riesgo de desarrollar cataratas antes de tiempo.
Ante la luz UV, se recomienda el uso de gafas de sol que bloqueen el 100% de los rayos UVA y UVB. Buscar etiquetas que aseguren una protección UV completa.
Respecto al manejo de condiciones de salud, como diabetes e hipertensión, se recomienda controlar niveles de azúcar y presión arterial, así como la realización de ejercicio físico regular.
En términos de alimentación, una dieta rica en antioxidantes ayuda a combatir el estrés oxidativo, uno de los factores implicados en el desarrollo de cataratas.
Por último, los chequeos oculares regulares son esenciales para detectar tempranamente signos de cataratas y otras condiciones oculares. Estos exámenes permiten una intervención oportuna y pueden ayudar a preservar la visión y la salud visual.
Cuida tu visión
En Centro Benozzi reconocemos la importancia de una atención detallada, también en el tratamiento de las cataratas.
Por ello, invitamos a personas de todas las edades a programar una consulta.
Ya sea que estés buscando una evaluación preventiva o explorando opciones de tratamiento para las cataratas u otras condiciones oculares, nuestro equipo de especialistas está listo para brindarle el más alto nivel de atención.
