¿Cómo se diagnostica la maculopatía?

¿Cómo se diagnostica la maculopatía?

La maculopatía es una enfermedad ocular que afecta la mácula, la zona central de la retina encargada de la visión detallada. Su diagnóstico es fundamental para preservar la calidad visual del paciente y evitar la progresión de la enfermedad. 

Pero, ¿cómo se detecta esta patología? En este artículo explicaremos cuáles son los síntomas que pueden alertar sobre su presencia, los estudios necesarios para su diagnóstico y la importancia de un especialista para obtener un diagnóstico temprano.

 

¿Cuándo se debe consultar a un oftalmólogo?

El diagnóstico temprano de la maculopatía es crucial para detener su avance y evitar daños irreversibles en la visión. Sin embargo, en muchos casos, el paciente no acude al oftalmólogo hasta que nota problemas severos en su capacidad visual. Por esta razón, es fundamental realizar controles oftalmológicos regulares, especialmente en personas mayores de 50 años, con patologías sistémicas o con antecedentes familiares de enfermedades de la retina.

 

Síntomas que requieren una consulta inmediata

Si bien la maculopatía en sus primeras etapas puede ser asintomática, con el tiempo pueden aparecer alteraciones visuales que indican la necesidad de una evaluación. Los principales síntomas que no deben pasarse por alto incluyen:

Visión borrosa o dificultad para enfocar detalles finos

Las personas con maculopatía pueden notar que tienen problemas para leer o identificar rostros, incluso con el uso de anteojos.

Metamorfopsia (distorsión de líneas rectas)

Un síntoma característico es ver las líneas rectas como onduladas o torcidas. Esto puede comprobarse fácilmente con el test de Amsler, una herramienta simple pero efectiva para detectar anomalías en la mácula.

Escotoma central (mancha oscura en el centro del campo visual)

La percepción de una zona borrosa o una mancha en el centro de la visión es una señal de daño avanzado en la mácula.

Disminución de la sensibilidad al contraste

Quienes tienen maculopatía pueden notar que tienen más dificultades para ver con claridad en condiciones de poca luz o distinguir colores con precisión.

Pérdida progresiva de la visión central

Con el avance de la enfermedad, la visión central puede deteriorarse cada vez más, afectando actividades cotidianas como leer, escribir o manejar.

 

Factores de riesgo que requieren controles oftalmológicos más frecuentes

Más allá de la presencia de síntomas, algunas personas tienen un mayor riesgo de desarrollar maculopatía y deberían acudir al oftalmólogo regularmente, incluso si no notan cambios en su visión. Los principales factores de riesgo incluyen:

  • Edad avanzada: La maculopatía es más común en personas mayores de 50 años, por lo que los controles regulares son fundamentales en esta etapa de la vida.
  • Antecedentes familiares: Tener familiares con maculopatía aumenta la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
  • Tabaquismo: Fumar es uno de los factores de riesgo más importantes, ya que reduce el flujo sanguíneo a la retina y favorece el daño celular.
  • Hipertensión y enfermedades cardiovasculares: Problemas circulatorios pueden afectar la salud de la retina y contribuir al desarrollo de maculopatía.
  • Exposición prolongada a la radiación ultravioleta: No usar gafas de sol adecuadas puede afectar la retina a largo plazo.

 

Métodos de diagnóstico para la maculopatía

El diagnóstico de la maculopatía no se basa en un único examen, sino en una serie de estudios que permiten evaluar el estado de la retina y detectar posibles alteraciones en la mácula. Los principales son:

Examen de fondo de ojo

El examen de fondo de ojo es una de las primeras pruebas que se realizan ante la sospecha de maculopatía. En este estudio, el especialista dilata la pupila con gotas oftálmicas para observar la retina con detalle. Este procedimiento permite detectar signos de deterioro en la mácula y evaluar la presencia de depósitos anormales, como las drusas, que suelen aparecer como primeros signos en la maculopatía.

Tomografía de Coherencia Óptica (OCT)

Este es uno de los estudios más precisos y utilizados en la actualidad para diagnosticar maculopatía. La tomografía de coherencia óptica es un examen de imágenes que permite visualizar las capas de la retina con gran detalle. Gracias a este estudio, el especialista puede detectar acumulación o no de líquido, atrofia de la mácula o crecimiento de vasos sanguíneos anómalos, característicos de la maculopatía húmeda.

Este estudio no invasivo es fundamental tanto para evaluar el grado de afectación de la enfermedad, como para el seguimiento de su evolución en pacientes ya diagnosticados.

Angiografía con fluoresceína

En casos en los que se sospecha una maculopatía húmeda, se realiza una angiografía con fluoresceína. Este examen consiste en la inyección de un colorante en el torrente sanguíneo que permite observar la circulación en los vasos de la retina. Si se detecta la presencia de neovasos anormales o filtraciones de líquido, se confirma la presencia de maculopatía húmeda, una forma más agresiva de la enfermedad que requiere tratamiento inmediato.

Test de Amsler

El test de Amsler es una prueba sencilla pero eficaz para la detección temprana de la maculopatía. Consiste en observar una cuadrícula con un punto central y detectar si las líneas aparecen distorsionadas o si hay áreas borrosas. Si el paciente percibe estas alteraciones, es una señal de que la mácula puede estar afectada y debe acudir a un oftalmólogo para realizar estudios más avanzados.

 

¿Por qué es importante un diagnóstico temprano?

Detectar la maculopatía en sus primeras etapas es fundamental para ralentizar su progresión y evitar la pérdida severa de la visión. Aunque no siempre es posible revertir el daño ya causado, existen tratamientos que pueden estabilizar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del paciente.

El diagnóstico temprano permite implementar estrategias de manejo como el control de factores de riesgo, el uso de suplementos específicos y, en el caso de la maculopatía húmeda, el inicio de tratamientos con inyecciones intravítreas que bloquean el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en la retina.

Por ello, las revisiones oftalmológicas periódicas y la realización de estudios especializados son esenciales para preservar la salud ocular y mantener una buena calidad visual a lo largo del tiempo.

 

La clave está en la prevención y el control oftalmológico

El diagnóstico de la maculopatía requiere estudios especializados que permitan evaluar la retina en detalle. La consulta con un oftalmólogo ante los primeros síntomas es fundamental para detectar la enfermedad a tiempo y evitar su avance.

En Centro Benozzi, contamos con la tecnología más avanzada para el diagnóstico y tratamiento de la maculopatía. Si experimentas cambios en tu visión o tienes factores de riesgo, te invitamos a agendar una consulta con nuestros especialistas para proteger tu salud ocular.

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