maculopatia

¿Cómo se trata la maculopatía?

Cuando nos referimos a maculopatía, englobamos una serie de enfermedades que afectan la visión central, comúnmente de órden progresivo, que generan daño en la mácula de la retina.

Conozcamos los síntomas de esta condición, y la importancia de un tratamiento adecuado para impedir su avance.

 

Conociendo la mácula

En la zona central de la retina del ojo hay una pequeña superficie que es la mácula.

La mácula nos permite tener una visión detallada, pudiendo, gracias a ella, distinguir los colores, diferenciar los objetos y leer, por ejemplo.

Si la mácula presenta un daño, por más pequeño que sea, se afecta la visión central, dando como resultado una visión borrosa o una mancha negra en nuestra visión.

Es entonces cuando hablamos de maculopatía, una enfermedad visual que se caracteriza por el daño macular y genera pérdida de la visión central

 

¿Qué causa la maculopatía?

La maculopatía puede ser causada por una variedad de factores, siendo el envejecimiento uno de los principales.

A medida que envejecemos, la mácula puede deteriorarse de manera natural, conduciendo a una condición conocida como degeneración macular relacionada con la edad. Este tipo de maculopatía es más común en personas mayores de 50 años y es una de las principales causas de pérdida de visión en adultos mayores.

La genética también puede influir en la aparición de la maculopatía, con enfermedades genéticas como la de Stargardt o la distrofia de conos y bastones que pueden provocar una pérdida progresiva de la visión central a una edad temprana. 

Condiciones médicas como la diabetes pueden causar daño a los vasos sanguíneos de la retina, llevando a una forma específica de la enfermedad conocida como maculopatía diabética.

Estos casos se dan principalmente cuando no hay control sobre los niveles de azúcar, provocando que los vasos sanguíneos en la retina se dañen, filtrando líquido y sangre, y dañando la mácula.

El estilo de vida también influye en el riesgo de desarrollar maculopatía. Factores como el tabaquismo y una dieta deficiente en nutrientes esenciales, como los antioxidantes, pueden aumentar el riesgo de padecerla.

 

¿Cuáles son los tipos de maculopatía?

La maculopatía se presenta en diversas formas, cada una con características y causas específicas. 

La degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) se divide en dos tipos: seca y húmeda. La DMAE seca se caracteriza por el adelgazamiento de la mácula y la acumulación de drusas, pudiendo causar visión borrosa, sintomatología común de todas las formas de maculopatía.

Por otro lado, la DMAE húmeda es menos común pero más severa, formando en quien la padece vasos sanguíneos debajo de la mácula, que pueden filtrar líquidos y causar edemas, llevando a una pérdida rápida de la visión central.

La maculopatía diabética puede causar edema macular diabético, donde la mácula se hincha por la acumulación de líquido, resultando, como otras formas de maculopatía, en visión borrosa. 

La maculopatía miópica, asociada con la miopía alta, se genera cuando la elongación del globo ocular causa estiramiento y adelgazamiento de la retina, pudiendo llevar a formar nuevos vasos sanguíneos y daño a la mácula.

La retinopatía serosa central se asocia al estrés y al uso de esteroides, generando acumulación de líquido debajo de la retina, y causando visión distorsionada y borrosa.

Finalmente, la maculopatía tóxica es causada por el consumo de ciertos medicamentos que pueden tener efectos tóxicos a largo plazo, como los antipalúdicos y ciertos antipsicóticos.

 

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico de la maculopatía generalmente incluye exámenes como la tomografía de coherencia óptica (OCT), que proporciona imágenes detalladas de las capas de la retina; la angiografía con fluoresceína, que implica la inyección de un tinte especial para visualizar los vasos sanguíneos de la retina, el fondo de ojos y su posible fotografía, que permite documentar cualquier cambio en la retina y la mácula.

En el tratamiento de la maculopatía, es fundamental la buena alimentación, los buenos hábitos y el manejo de la enfermedad de base que la está causando. Según el tipo de maculopatía, el tratamiento que se deberá aplicar:

Para la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE) seca, se recomiendan suplementos nutricionales que contengan antioxidantes y zinc para ralentizar la progresión de la enfermedad. 

En el caso de la DMAE húmeda, el tratamiento incluye inyecciones intraoculares de anti-VEGF (factor de crecimiento endotelial vascular) para reducir el crecimiento de vasos sanguíneos anormales que causan daño a la mácula.

Para la maculopatía diabética, es fundamental un control del azúcar en sangre junto con inyecciones intraoculares y tratamientos con láser para manejar el edema y el daño en la mácula. 

Por otro lado, la retinopatía serosa central se suele tratar mediante láser o terapia fotodinámica para eliminar la acumulación de líquido debajo de la retina. 


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