La queratitis es una de las tres alteraciones corneales más habituales, y se trata de la inflamación de la córnea.
Esta inflamación se puede producir por varias causas, como traumatismo, rascado, uso de lentes de contacto, etc. También puede generarse por una infección, causada por bacteria, virus, hongo o parásito que entra en contacto con el ojo.
Cualquier proceso inflamatorio o infeccioso que ocurra en la córnea entra dentro de esta categoría. Generalmente son defectos focales del epitelio corneal.
Si bien la queratitis puede cursarse de forma asintomática, generalmente sus síntomas son sensación de arenilla o cuerpo extraño, visión borrosa, deslumbramiento, ojo rojo y lagrimeo.
En algunos casos, la inflamación también puede afectar la conjuntiva. En esos casos, la condición se denomina queratoconjuntivitis.
¿Qué problemas puede traer la alteración de la córnea?
Ya sea causada por la queratitis o por cualquiera de las otras dos condiciones que más adelante abordaremos, la alteración de la córnea trae muchas consecuencias.
La córnea es una parte crucial del sistema óptico del ojo. Es una zona que se destaca por su transparencia, dado que se trata de un área avascular y carente de pigmento.
Además de eso, sus nervios no tienen mielina y cuenta con una disposición regular de las fibras de colágeno en su estroma.
Los problemas en la córnea son muy comunes, y generalmente se manifiestan de forma natural con el correr de los años.
Los primeros síntomas que podrían indicar una degeneración en la córnea son visión borrosa e imágenes distorsionadas.
Sin embargo, en un principio, los síntomas pueden pasar prácticamente desapercibidos, siendo no más que irritaciones y una sensibilidad a la luz, normalmente llamada “deslumbramiento”.
La queratitis diagnosticada a tiempo tiene tratamiento y de pronta resolución. De no tratarla a tiempo o debidamente, las complicaciones pueden ser graves, generando desde úlceras corneales hasta infecciones difíciles de curar.
¿Qué otras alteraciones corneales existen además de la queratitis?
Previamente hemos mencionado que, incluyendo la queratitis, son tres los principales tipos de alteraciones de la córnea.
La siguiente, son las úlceras corneales, las cuales generalmente afectan el estroma corneal, causando un dolor agudo, acompañado de una disminución considerable en la agudeza visual, lagrimeos constantes, dificultad para abrir el ojo, fotofobia e hiperemia ciliar.
Asimismo, estas úlceras suelen estar precedidas por alteraciones epiteliales.
Por otro lado, nos encontramos con el queratocono. Si bien su nombre suena bastante parecido al de la queratitis, se trata de dos condiciones diferentes.
El queratocono no es tan común como las otras dos afecciones, pero eso no quiere decir que no haya que estar atentos a ella.
Lo que genera es, en esencia, una deformación de la córnea, haciendo que ésta adopte forma de cono.
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